El general Guisan: el centinela suizo que plantó cara a Hitler
Hoy hace 62 años de la muerte del general Henri Guisan, héroe nacional suizo
En el primer artículo que escribí sobre mis experiencias en Suiza, mencione al general Guisan porque era el nombre de una de las avenidas más agitadas de Ginebra. He averiguado aspectos de su vida y por qué es una figura tan importante para los suizos.
En medio de las montañas nevadas y los relojes de precisión, Suiza tuvo un personaje que se convirtió en un ícono de la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial: el General Henri Guisan. Este hombre, con una firmeza de acero y una estrategia clara, se aseguró de que Suiza se mantuviera fuera del alcance del dominio nazi.
El hombre detrás del uniforme
Henri Guisan nació el 21 de octubre de 1874 en Mézières, una pequeña localidad en el cantón de Vaud. Desde joven, mostró una inclinación por la disciplina y el orden, cualidades que lo llevaron a una carrera militar distinguida. Pero Guisan no era solo un militar; antes había sido un apasionado por la agricultura y había estudiado medicina agrícola en Lausana. Pasaba sus días entre maniobras militares y la gestión de su granja, combinando lo mejor de ambos mundos: la estrategia y la naturaleza.
La declaración de resistencia
En 1939, con Europa al borde de la guerra, Guisan fue nombrado General del Ejército Suizo. Es preciso apuntar que Suiza carecía de ese rango militar, pero que se recurría a él en casos de guerra o emergencia nacional. La Asamblea Federal era la encargada de asignar dicho cargo al militar que consideraba más apto.
El mayor desafío reciente del país se produjo en 1940, cuando Francia cayó ante las tropas alemanas y Suiza quedó rodeada. En un movimiento audaz, Guisan convocó a los líderes militares suizos en el Prado de Grütli (Rütliwiese en alemán) el 25 de julio de 1940. Allí, frente al emblemático lago de los Cuatro Cantones, pronunció un discurso que marcó la historia: Suiza no se rendiría sin luchar.
Imagina el escenario: un grupo de oficiales suizos escuchando atentamente mientras Guisan, con la voz firme y el semblante serio, les decía que resistirían hasta el último hombre. Fue un momento cinematográfico, digno de cualquier superproducción de Hollywood, pero real y cargado de simbolismo.
Una estrategia ingeniosa: el Plan Reducto Nacional
Guisan no se quedó solo en palabras. Ideó el Plan Reducto Nacional, una estrategia defensiva que involucraba la fortificación de los Alpes. La idea era sencilla pero ingeniosa: si Suiza era invadida, las tropas se retirarían a las montañas, donde el terreno escarpado y las condiciones extremas jugarían a su favor. Fue una táctica que hizo pensar dos veces a los estrategas nazis sobre la viabilidad de una invasión.
¿Es oro todo lo que reluce?
Probablemente no. Guisan mantuvo contactos directos con el estado mayor francés, pero también con un importante espía nazi, encuentro del que no informó a las autoridades suizas. También se ha descubierto que era bastante reticente a los movimientos obreros y que admiraba a Mussolini. Sin embargo, todos estos aspectos menos amables de su biografía no han hecho que su figura pierda relevancia.
El Legado de Guisan
Henri Guisan se retiró en 1945, dejando tras de sí un legado de resistencia y determinación. Falleció en 1960, pero su espíritu perdura en la memoria de Suiza. Cada año, en el Prado de Grütli, los suizos recuerdan al general que, con astucia y valor, fue una figura capital para conservar la paz y la neutralidad de Suiza durante la Segunda Guerra Mundial.
Así que, la próxima vez que admires la precisión de un reloj suizo o saborees un trozo de chocolate, piensa en el general Guisan, el guardián de los Alpes que demostró que la verdadera fortaleza reside en la determinación de defender lo que es justo y valioso.
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